martes, 29 de diciembre de 2009

Última versión testimonial sobre el porqué de la vida

Computadora y mate. Más papeles que escritorio, la misma vista del mismo cielo con la misma humedad y las mismas preguntas que el resto.
Alguna vez lo escuché decir que vivimos insertos en la misma máquina, todos, grandes, chicos, lindos, feos, pobres y ricos. También experimenté esa igualdad en varias oportunidades: cuando nos estamos por ir de algún lugar, todos escatimamos papel higiénico, regalamos fideos y shampoo sobrantes y hacemos las mismas promesas. Lloramos las mismas lágrimas y reímos las mismas emociones.

“Y sí…es inevitable que los días vuelen. Que los años pasen. No es triste, todo lo contrario. Me voy acercando a la verdad. No se a cuál, pero me voy acercando! y eso me gusta”. Pucha que tenía razón mi hermanita. Me dejó pensando desde mi silla giratoria con puerta giratoria a la vista. No somos uno más, tampoco uno menos. Es relativo, quizás algún día lo seamos. Con vértigo, con ceguera y con conciencia random sigo observándolo. Tenemos la fecha de vencimiento sellada… quizá no en el rostro, pero en algún lugar está.

“Esto no es vida” escucho a diario. ¿Entonces qué es? Yo me lo pregunto, vos también. No tengo la respuesta, vos tampoco. Quizás en algún momento tuvimos, tuve o tuviste una pequeña visión de lo que podía llegar a ser y a veces lo extrañás. No sabés a qué, pero lo extrañás. “De verdad… no sé lo que quiero” me dijeron en alguna híper apertura de sinceridad. ¿Sigo estudiando? ¿El mundo está equivocado o soy yo? ¿Sigo buscando respuestas? ¿O me dedico a la cocina?

Sentir el sol en la cara, el frío en las manos, el calor de un abrazo, el dolor de panza de una gran carcajada o el éxtasis de unas buenas líneas. Vivir. Pequeñeces burguesas, me dijeron. Mínimas felicidades pasajeras.

Evadimos, escapamos, cerramos los ojos, a veces nos pegan una patada y los entreabrimos. La gente te ve bien, te ve mal. La procesión va por dentro. Creo que lo único que entendí después de vivir muchas cosas para recordarlas y ser feliz es eso.

Mientras tanto, el río te va llevando. Pasan los días, los amigos, los laburos, los colectivos y se te escapan las tortugas.
Coincido. Alguien debe haber pensado todo esto. Puede haber sido barbudo, Allah o Jehová (o sólo un testigo) pero por algún lado anda, o anduvo. Y nos tiró el fardo a nosotros.

Es que las soluciones definitivas no existen. Por suerte, sino sabríamos el final del reality. No esperen grandes respuestas desde un blog, yo tampoco las tengo. Solamente lo decía… recuerden que esto es testimonial: si me conviene, asumo.

Nota: remitirse a eljuegodepalabras, "última versión fraudulenta sobre el porqué de la vida"

2 comentarios:

  1. Orgulloso de lo que disparó en vos mi relato. Gran calidad. Magia. Rock and roll.
    Acá hay filosofía, no es barata y no se ve todos los días. Lectores, aprovechen.
    Ya que estamos, poné remitirse a eljuegodepalabras.blogspot.com, así hacemos sinergia, sinapsis y siderurgia.
    Beso grande,
    El Varón

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  2. Está bueno cuando nos cae la ficha de "esto no es vida". Digo, quizás es más fácil conformarse y caer en la comodidad, pero no: tenemos la capacidad de poder revertir aquello que no nos está haciendo bien. Obvio, intervienen muchos factores, empezando por voluntad. Pero si las ganas están, podemos cambiar algunas cosas.
    Y si, yo también creo que la fecha de vencimiento está en algún lugar, y que tal vez todo esté "escrito" en algún lado, de principio a fin. Pero prefiero vivir cada uno de los dias, hasta que llegue esa fecha -incierta para mi- probando, tropezando y haciendo esas preguntas que haces vos. Se me hace que asi es más divertido. O al menos llevadero.

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